
Instagram, 24/10/2025. Ir al campo y cazar fricciones sin nombre no tiene precio: cuando dejamos de buscar representatividad y buscamos realidad en las escenas —como ese carrusel que promete “arreglar problemas que no sabías que tenías”— revela muchas cosas: menos épica de “grandes cosas” y más afinación de la vida. Este formato funciona porque descubre lo latente y ofrece una prueba imaginaria (“alguien como yo ya lo usó y me ahorra ensayo-error”); el post actúa como curador de confianza y mini how-to que convierte el scroll en una ruta de micro-mejoras y nos hace sentir más competentes. En clave cualitativa, el trabajo es mirar de cerca y poner nombre al alivio cotidiano: cables que no se enredan, cajones que por fin cierran, manchas que desaparecen. El héroe no es el producto, es el antes/después del gesto—y ahí están las oportunidades que una marca solo ve cuando escucha y observa a las personas y a las cosas que hacen